Aunque no hay fecha para ello, según el diario británico ‘The Guardian‘ el dictador sabe que su tiempo ha pasado y quiere pasar a un segundo plano, pero manteniendo un papel similar al de un guía, como ha hecho Fidel Castro en Cuba. Gadafi, que permanece oculto en algún ligar de Tripoli, alejado de las cámaras, por temor a que la señal de la televisión sea localizada por la OTAN y acaben con él, ha empezado a traspasar parte de sus poderes a los líderes tribales y a su primer ministro, que ha asumido competencias en Asuntos Exteriores.
El coronel, que lleva en el poder desde 1969, ha descartado exiliarse a Venezuela, como se había comentado,y permanecerá en Libia, “el sabe y nosotros sabemos que no tiene ningún futuro imponiendo su culto a la personalidad sobre el pueblo y el mundo”, ha señalado un responsable del régimen, quien ha admitido que “no hay duda de que el país necesita reformas, muchas reformas”.
Esta decisión habría sido tomada tras los avances de los opositores a su régimen, después de que amenacen Misrata, la única ciudad del oeste bajo su control, y con la esperanza de que la misma satisfaga a los países de la coalición internacional que están atacando a sus tropas desde hace semanas.