Aseguraron que no querían matar a Gadafi, pero no han dejado de bombardear la capital, varios centros de mando, la residencia del dictador e incluso la casa de uno de sus hijos que, junto con una nieta del coronel, falleció durante el ataque. Este sábado a primera hora de la mañana, las fuerzas de la OTAN han vuelto a lanzar misiles sobre Trípoli, según han informado varios medios de comunicación.
Al parecer, alrededor de las 8 de la mañana aviones de la coalición atacaron, por segunda vez, la primera había sido la noche del viernes, varios objetivos en Trípoli. La cadena pública libia ha asegurado que las acciones aliadas han causado daños “humanos y materiales” cerca de la localidad de Mizda, 90 kilómetros al sur de la capital, un dato que ha confirmado Al Arabiya TV.
Mientras tanto, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha pedido mayor asistencia para las personas que se encuentran acampados en Túnez tras huir del conflicto Libia después de que varias personas fallecieran en un incendio que ha tenido lugar en un campo de refugiados situado en la frontera.
Asimismo, según los servicios de seguridad de los rebeldes, el coronel, obsesionado con que pudiesen localizarlo y asesinarlo, podría estar ocultándose en los hospitales habilitados por el Ejército libio, que no son atacados ni por sus fuerzas ni por los aliados. Gadafi pasaría la noche en ellos, cambiando de uno a otro para no ser localizado.