Los Ruiz-Mateos ni pincharán ni cortarán en Clesa. Un Juzgado de Madrid ha decidido apartar a la familia de la gestión de la empresa, con un pasivo de más de 1.000 millones de euros, por tomar decisiones equivocadas y perjudiciales para la supervivencia de la entidad, con una fábrica en Caldas de Reis.
De esta forma se dicta auto del concurso de acreedores abierto, que tiene en cuenta la importante cantidad de operaciones hechas para afianzar a otras empresas de la familia, cuadruplicando en algunas ocasiones su agujero: de los 304 millones de euros con los que empezó la compañía se pasó a los 1.112 millones de deuda. La familia ya ha sido apartada también de Dhul, Carcesa, Hibramer y Quesería Menorquina, en la que se ha dado la opción de venta a los propios trabajadores.
