RUTH VILLAR/ Para los que creyeran que el recién estrenado campamento estaba totalmente construido se equivocan. Nuevas cabañas de madera siguen apareciendo y el ir y venir de artilugios para hacer una vida más o menos cómoda dentro de este nuevo centro de operaciones también.
Este mediodía en la explanada del Concello de Vigo unos cuantos acampados seguían adelante con sus tareas que están perfectamente definidas. Dos jóvenes, uno de ellos con el brazo escayolado desde hace unos días, levantan y encajan palos de madera para dar forma al habitáculo en donde se desarrollarán talleres varios.
Desde prácticamente el primer día, estos jóvenes cuentan con un grifo de agua facilitado por el Concello. A través de la man guera beben agua, se refrescan y friegan la loza empleada en la comida diaria.
También cuentan con conexión wifi a internet, dispensada desde el Consistorio sin ningún tipo de problemas. Bueno, tuvieron que ampliar la cobertura, pero ya está solucionado.
Con el sol a pleno rendimiento y dando de cara en la Praza do Rei resulta un poco difícil ver la pantalla del ordenador, como le ocurrió al chaval que sale en la foto de la derecha.
Un joven que no quiere decir su nombre permanece sentado junto a otros tres acampados, Emilio, Roberto y Candela. Estos cuatro chavales -en la foto de abajo- siguen con los ánimos bien altos en esta concentración social pacífica. Dicen que no tienen prisa para levantar el campamento y se muestran orgullosos de bien montado que está el campamento en esta nueva ubicación.
Con una bolsita de gominolas de azúcar acaba de llegar Iria con su perro. Es casi ya la hora de comer y un poco de glucosa no viene nada mal para ir abriendo apetito. Como viene ocurriendo desde el primer día, la comida sigue llegando y aquí dentro del campamento nadie pasa hambre.
Una de las nuevas adquisiciones es una cocina de butano con la que creemos se harán todo tipo de comidas. Todavía tienen que conectarla, pero estará en breve.
Los ciudadanos que van diariamente a hacer gestiones al Concello de Vigo e, incluso, los funcionarios, pueden pensar, en una visión rápida al campamento que no es más que una cabaña grande de plásticos y cartones. Pero lo mejor es que se acerquen y lo vean en primera persona.
La cabaña central se asemeja bastante a una especie de casa. Colchones apilados a un lado que utilizan por la noche, una especie de salita con mesa y sofás en donde hay interesantes tertulias, una despensa con estanerías en lo que se puede llamar cocina, unos cuantos urinarios en el exterior que fueron donados por una empresa de manera altruista…
Los acampados del 15M vigués cuentan también con una especie de botiquín en una cabaña de bambú. Ahí se puede ver a Silvia -foto de la izquierda- que se está dando protección solar porque esta mañana pega el sol en la Praza do Rei.