Hasta hace unos meses, se calculaba que en España había 700.000 jóvenes menores de 34 años que tenían como única profesión dedicarse a la buena vida. Pero la crisis ha acabado con el sueño de esa generación ni-ni, que ni estudiaba ni trabajaba. El aumento del paro y el fin de las prestaciones por desempleo han obligado a muchos de estos jóvenes a tener que buscarse la vida.
Según un estudio de ManpowerGroup, el número de ni-nis ha descendido en 150.000 en los últimos años y ya sólo representan al 2,8% de los jóvenes.