Han asegurado que no han podido superar las secuelas físicas y psicológicas que les dejó pasar 70 días bajo tierra en una mina al norte de Chile, del que el 5 de agosto hace un año. En total, 14 de los 33 mineros atrapados el año pasado en el desierto de Atacama han pedido al ministerio del Interior chileno una pensión que permita jubilarse a los de mayor edad y a los más enfermos, sin posibilidades reales de volver a trabajar.
El Gobierno tendrá un mes para decidir si les concede la paga a los mineros, que han propuesto una lista con los mayores de 49 años y con tres de ellos enfermos de silicosis. Sin embargo, los mineros ya han advertido que aunque les concedan la pensión, los trabajadores interpondrán una demanda contra el Estado chileno por la falta de fiscalización de los organismos públicos en los yacimientos mineros.
Los mineros han aprovechado la salida para explotar los derechos de la historia, tanto para plasmarla en un libro como en el cine, además de los distintos regalos e invitaciones que les hicieron en todo el mundo, como presidir un partido del Real Madrid en el propio Santiago Bernabeu.