Cogen el teléfono, despachan informes, tramitan reclamaciones, atienden a la gente, preparan plenos, estudian los temas para las comisiones, redactan notas de prensa, convocan a los medios de comunicación, solicitan información a las concejalías, conciertan citas y hasta pasan a ordenador los documentos diarios. Ese es el trabajo que hacen los tres concejales del Partido Popular con dedicación exclusiva: Antonio Bernárdez, Elvira Larriba y Teresa Egerique, tareas a las que se suma el de llevar la agenda del portavoz del grupo popular, Chema Figueroa.
Hasta ahora este trabajo lo realizaban las siete personas asignadas al grupo, dos del departamento de Comunicación, tres administrativos y dos asesores que han tenido que ser despedidos puesto que el alcalde no ha firmado su contratación. Esta circunstancia se produce después de que desde la Alcaldía se anunciase que se reducían las asignaciones de cada uno de los grupos municipales, de tal manera que cada uno de ellos tendría que arreglarse con cuatro personas, al margen de sus propios concejales. Esto significa que el grupo socialista, cuyos 11 concelleiros forman parte del equipo de Gobierno y, en sus respectivos departamentos disponen de los funcionarios necesarios, podría contratar a cuatro personas, el mismo número que el BNG, que tiene 3 ediles y que los propios populares, que son 13.
En opinión de Elvira Larriba, este hecho supone un agravio, puesto que “mientras el BNG tiene más de una persona por cada concejal, en el PP debemos hacer oposición con 1 persona por cada 3 concejales” algo que, en su opinión, merma “seriamente” las posibilidades de que esta “sea efectiva y tenga cierta enjundia”. “Ya habíamos propuesto una reducción del 30% en los gastos asignados a cada grupo”, prosigue Larriba, ello significaría que el grupo municipal del PP pasaría de 10 contratados a 7, un número que consideran adecuado para hacer su trabajo, “pero el alcalde ha hecho tabla rasa y ha dicho que sólo 4 para cada partido”, algo que consideran insuficiente.
Como así no pueden trabajar, han decidido cerrar la oficina que tienen en la planta octava del Concello, manteniendo solo el despacho de los concejales y despidiendo a todas las personas que tenían contratadas, “no van a estar aquí sin contrato y sin asegurar”, que, como han informado a esta redacción, o se han incorporado a sus labores como funcionarios, los que lo son, o se han dado de alta en la Oficina de Empleo.