Las cuatro horas del secuestro registrado ayer en un bar de Vallecas no fue obra de un experto en retener a la gente, sino de un simple parado, desesperado dicen por la situación actual de crisis asfixiante. No lo justificamos en absoluto, pero nos llama la atención ese dato que aparece hoy en todos los medios.
El atracador, un hombre de mediana edad, decidió llamar la atención y no se le ocurrió una mejor forma que entrar en un bar ubicado en el barrio madrileño de Vallecas y retener contra su voluntad a dos personas.
Este parado-secuestrador intimidó a sus víctimas con una pistola de fogeo. Los dos rehenes, tras la liberación, tuvieron que ser atendidos por varias contusiones que no revestían gravedad, pero sobre todo por las crisis de ansiedad que padecieron.