Una deuda de Tailandia con una constructora alemana ha traspasado fronteras. La justicia germana ha aprovechado la estancia del príncipe heredero del país, Maha Vajiralongkorn, para embargar el avión privado con el que había aterrizado en Munich hasta que pague una fianza de 20 millones de euros.
El Boing 737 es propiedad de la casa real, por lo que tras el pago el príncipe, que pilotaba la nave en su visita privada al país, podrá volver a llevarse el avión a casa, aunque la situación ya ha provocado algún problema en las relaciones diplomáticas bilaterales entre Alemania y Tailandia y ha hecho que el propio ministro de Asuntos Exteriores tailandés se desplazara a Berlín para intervenir.
Alemania se ha disculpado y excusado en que se trata de un asunto judicial por una disputa multimillonaria que la constructora Walter Bau y el gobierno de Tailandia mantienen desde los años 90, después de que la empresa fuera contratada para construir una vía de pago en Bangkok y gestionara el usufructo del sistema de peajes y que el acuerdo se rompiera por diferencias varias. La constructora ha exigido en los tribunales 30 millones de euros como indemnización.