Con la lectura…¿lectura?…bueno, como lo empezó Manquiña y lo terminó o interrumpió un Tony Lomba, mezcla de francés y cantante de Las Vegas, no fue realmente un pregón, sino el banderazo, en este caso de Francia, de salida de las Festas do Cristo 2011.
Manquiña dio por saldada una deuda que Vigo tenía con él: no haberlo llamado nunca para este menester, “y eso que he leído pregones en todos los concellos gallegos” y agradeció que hubiese sido “un caballero”, en relación al alcalde, quien lo hubiese llamado.
El actor dejó claro que era vigués, pero de Tomás Alonso, “justo al lado de Peniche”, no de O Calvario ni de Teis, “aunque también lo soy”, y que su nombre es “Manuel Francisco del Cristo de la Victoria”, porque nació un 2 de agosto, y hasta dijo el año “de 1953 y un año que mi cumpleaños cayó en domingo pensé que las bombas de palenque eran por mi…y no, eran por el Cristo”. También repitió que el mote de Manquiña se lo puso por la playa “donde pasé muy buenos ratos…aún recuerdo el olor a sardinas a la brasa”, y hizo un repaso por su niñez “que estuvo unida al hierro de las vías del tranvía y de los astilleros…que aún fabricaban los barcos con remaches” …
… y hasta ahí pudo leer, porque al ritmo de la música del Mouline Rouge, llegó la invasión francesa, capitaneada por el coronel Lomba y su ejército de cabareteras, zancudos y comefuegos y tomó la Praza de la Constitución, no al son de la Marsellesa, sino de una de las canciones que se oían en en Sands…no hace tanto tiempo.