La procesión del Cristo de la Victoria congregó menos personas que otros años,aunque más de 100.000 fieles acompañaron a la talla por las calles de la ciudad. El recorrido, durante el cual la organización funcionó mejor que a la salida de la Concatedral, fue seguido por otros miles más que se agolpaban a ambos lados de las calles, especialmente en Cánovas del Castillo o la pasarela que une el Centro Comercial A Laxe y A Pedra.
El Cristo, si estuvo rodeado por más devotos que nunca, lo cual creó varios problemas por las calles del Casco Vello y la concentración en la Porta do Sol que se quedó pequeña para quienes quisieron unirse al canto del himno con el que se puso fin a la procesión,a la que no pudo asistir obispo, Luis Quinteiro, aún convaleciente de una reciente operación.
Tampoco estuvo el presidente de la Xunta, quien delegó su representación en el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra y en su representante en Vigo, Lucía Molares. Junto a ellos, el alcalde, concejales del PP y PSOE, la presidenta del Consello Económico y Social, el presidente del Puerto y varias autoridades militares.