4 días. Llegó el viernes al aeropuerto de Barajas y desde allí ya ha partido esta misma tarde rumbo al Vaticano. Lo ha hecho unos minutos después de las 19 horas, así que se ha retrasado un poco de la hora que estaba prevista.Se ha ido en un vuelo de Iberia.
Tanto a la venida como a la partida, los Reyes de España han hecho de anfritiones a pie de pista, entre otras autoridades.
Se cumplieron 79 horas. Para los detractores de su visita a Madrid, escenificados en distintas en organizaciones laicas, ha sido una auténtica eternidad su estancia en España, ya que consideran que lo que ha acaerrado ésta es un gasto público que no nos podemos permitir, más si cabe en tiempos de crisis. En cambio, para los peregrinos que no lo han dejado sólo en ninguno de sus actos multitudinario la estancia de Benedicto XVI les ha sabido a poco.
Tras la Santa Misa celebrada en el aeródromo de Cuatro Vientos, en la que hablan de 1 millón y medio de fieles, BenedictoXVI almorzó en la Nunciatura con cardenales y su sequito papal. Después, volvió a darse un baño de multitudes en un masivo acto con los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). A todos ellos les ha agradecido su dedicación en este evento mundial, que volverá a repetirse en 2013, en Río de Janeiro.
Antes de partir para Italia, Benedicto XVI aseguró, en su último discurso, después de lanzar 7 más antes, que se había sentido muy bien durante la visita. Dijo que España es una “gran nación” y “respetuosa”.
Bueno, c`est fini, Benedicto XVI.