Les va a llevar tiempo. Rusia quiere meterse en el libro Guiness de los récord con una faraónica infraestructura: un túnel de más de 100 kilómetros y con 7.000 kilómetros de rieles que vaya por debajo del estrecho de Bering y que facilite la conexión de transporte para el comercio entre Eurasia y América, haciéndolo más barato, rápido y seguro.
Aunque si largo es el trayecto, más largo será la lista de ceros que llevará el presupuesto para su construcción: 100.000 millones de dólares que se pondrán hasta 2030. Las obras se harán a medias entre Rusia y Estados Unidos.