Ha ocurrido en Coslada y la voz de alarma la dio la propia víctima, menor de edad. Ésta, tras liberarse, se acercó a una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para explicar que su novio, de nacionalidad rumana, la había encerrado en una vivienda en el barrio madrileño de Usera y que estuvo obligada a tomar agua con sal cada 15 minutos para que se prostituyera.
Este suceso que pone los pelos de punta se produjo la semana pasada y la joven de 17 años logró escapar de su agresor. La mujer tuvo que ser atendida en un hospital también por contusiones y hematomas, incluso, tuvo que estar ingresada por un colapso en los riñones.
Una vez dada de alta, la joven relató a los agentes que había viajado de Rumanía a España de vacaciones hacía pocos días en compañía de su novio con el que llevaba saliendo unos tres meses. A los tres días exactos de estar en el país, su novio le dijo que debía prostituirse para saldar la deuda que había contraído debido al viaje. Ante la negativa de la chica, su pareja la agredió y la encerró en una vivienda.
La detención de este individuo se produjo a las pocas horas del relato de la mujer. Ya arrestado, los agentes comprobaron que éste había proporcionado a la menor documentación falsa como mayor de edad.
El joven de 27 años fue detenido por presuntos delitos de malos tratos en el ámbito familiar, detención ilegal, trata de seres humanos con fines de explotación sexual, falsificación documental y otros delitos relativos a la prostitución.