El convicto es un indolente, a juicio del tribunal, vecino de Niza de 51 años al que, según el diario Le Parisien, el juez ha condenado a pagar la mencionada suma, una vez concluido el proceso de divorcio, por no haber tenido relaciones sexuales con su mujer durante años.
Al pobre Jean-Louis no le sirvieron de nada sus argumentos de que las relaciones “simplemente se habían espaciado” y menos que tenía problemas de salud creados por la “fatiga crónica generada por sus agotadores horarios de trabajo”. Eso sí, el tribunal se puso de lado de su ex mujer quien insistió en que la ausencia de sexo entre ambos estaba en el origen de su separación, y que eso mismo había contribuido al deterioro de la relación de la pareja.
Por ello el juez no en dejar bien claro que los “deberes del matrimonio, y más en concreto que “las relaciones sexuales entre esposos son en particular la expresión del afecto que se tienen“. La demandante, que se lleva 100.000 € y que ha conseguido que su ex marido sea condenado como único responsable del divorcio, no especificó con qué frecuencia quería tener sexo, si una vez a la semana, al día o por la mañana y por la tarde…bueno, tampoco le ha hecho falta, puesto que la ley francesa no detalla este aspecto, dejando su apreciación a los jueces.
