En la Comisión Europea no se contempla la hipótesis, “ni hay preparativos” para la suspensión de pagos de Grecia. Eso ha asegurado el portavoz de asuntos económicos. Amadeu Altafal ha señalado que “esperamos un acuerdo a finales de mes” para el desembolso del siguiente tramo de ayuda financiera de 8.000 millones de euros a Atenas.
Todo estaría muy bien si no fuese porque el ministro alemán de Economía no comparte esa idea. En un artículo escrito en el diario Die Welt, Philipp Roesler, afirma: “para estabilizar el euro ya no puede haber tabúes. Ello incluye, si es necesario, una quiebra ordenada de Grecia si los instrumentos necesarios están disponibles”.
Unas palabras que han dejado medio tapado el anuncio hecho por Altafal de que los inspectores de la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) regresarán esta semana a Atenas para examinar si las autoridades griegas han tomado suficientes medidas para cumplir los objetivos de déficit, aunque, eso sí, no ha precisado la fecha para el mencionado pago de los famosos 8.000 millones que el gobierno Papandreu necesita antes de octubre para pagar las pensiones y el sueldo de los funcionarios.
