El primer ministro del Consejo Nacional de Transición (CNT) , Mahmud Jibril, está seguro de que los líderes del mismo conseguirán llegar a un acuerdo sobre las cuestiones más discutidas: quiénes entrarán en el gabinete y dónde estará la sede de mismo: en Trípoli, Benghazi o en ambas.
Sin embargo, no parece que sea tan fácil. Las divisiones internas, pese a la promesa de Jibril de que habrá un gobierno transparente, son más profundas de lo que parece. Es cierto que las distintas facciones han acordado que haya 24 ministros y no 36 y que la capitalidad podría ser bicéfala: Tripoli a efectos diplomáticos y Benghazi como centro ejecutivo, pero las posturas están encontradas respecto a la liberación del país.
Algunos miembros del CNT creen que para formar Gobierno habría que esperar a que caigan las últimas localidades en poder de Gadafi, para poder incluir en él a los líderes rebeldes de las mismas, y otros creen que debe haber un ejecutivo inmediatamente, para regularizar la situación del país, recomponer las relaciones comerciales y preparar las elecciones.