RUTH VILLAR/ Damián Aguín ya ha podido abrazar a su familia y descansa desde hace más o menos una hora en su casa de Portonovo (pontevedra). Este joven es uno de los 5 marineros secuestrados a mediados de mes frente a las costas de Togo, a bordo del “Mattheos 1”, y que hoy llegó desde Madrid al aeropuerto de Peinador. Allí unos cuantos periodistas le esperábamos para saber cómo había sido su cautiverio.
“Lo peor es trabajar para 11 piratas que van armados“, señaló nada más aterrizar y contó que se encuentra “bien“, que lo único que quiere ahora, que ya está en Galicia, es “olvidar” esos 15 días en los que tanto él como el resto de compañeros -hasta un total de 23 tripulantes- estuvieron bajos las órdenes de los piratas. Quiere refugiarse en los suyos, sobre todo, en su mujer, los próximos 4 meses para luego “volver a embarcar” , ya que, auque no fue una experiencia “agradable” la vivida, ésa es su profesión.
El joven marinero, que llegó con su padre desde Barajas, explicó que cuando fueron apresados desconocían si sus familias estarían al tanto de la situación y que durante el cautiverio él estuvo prácticamente en el puente con el capitán. Se aseaba, comía y dormía lo que podía en dicho habitáculo.
Comentó que se vivieron momentos de mucha tensión cuando fueron abordados, pero más todavía cuando vieron que los piratas habían llegado para quedarse. Los nervios y el miedo se apoderaron de él cuando empezó a escuchar a los piratas, en tono jocoso, que se los iban a llevar de rehenes.
Aguín aseguró que ninguno de los españoles sufrieron daños físicos, pero sí algún que otro tripulante filipino y el propio capitán.
Agradecimientos
También quiso agradecer las gestiones emprendidas por el Gobierno española, en especial, al Consulado y a la Embajada española, porque “no fue fácil” el desembarco en Ghana, ni tampoco agilizar toda la documentación como los visado.
“Si no hubiese sido por ellos, no estaríamos aquí”, subrayó.
