Fitch Ratings ha rebajado en dos escalones la nota de solvencia de España, teniendo en cuenta nuestro considerable déficit estructural, el elevado nivel de deuda neta externa y la fragilidad de la recuperación económica de nuestro país.
La rebaja de calificación es consecuencia, según la agencia, de la “intensificación de la crisis de la eurozona” y de los riesgos para los esfuerzos de consolidación fiscal. La agencia continúa, “como Fitch había advertido previamente, encontrar una solución creíble e integral a la crisis resulta política y técnicamente complejo y necesitará tiempo para aplicarse y ganarse la confianza de los inversores”.