El torero Juan José Padilla, que recibió una cornada en la cara durante una corrida en la Plaza de Toros de la Misericordia de Zaragoza, ha perdido la visión del ojo izquierdo, que puede ser no recuperable, y sufre una parálisis de la parte izquierda de la cara.
Según las cirujanas que le han operado, el diestro tiene el nervio óptico del ojo izquierdo elongado, por lo que las posibilidades de que recupere la visión son escasas y permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos de Traumatología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Las doctoras creen que Padilla ha tenido, suerte, dentro de lo que cabe, puesto que se trató de una cornada “limpia”, ya que entró por la región retromandibular y salió por la región supraorbitaria, arrancando el tronco del nervio facial, que da movilidad a la cara.
Ello no ha impedido que uno de los ojos se le haya salido de la órbita, causando un daño considerable al nervio algo que, junto con las otras lesiones que padece, hacen que su pronóstico sea muy comprometido y que las “las siguientes 24 horas sean decisivas”. En la operación, las médicos han reconstruido el macizo facial y han fijado con titanio las fracturas que tenía en el rostro, pero serán necesarias varias intervenciones más para que recupere la movilidad en la cara.
