Caracterizada por ser una de las monarquías más inamovibles, hoy, en cambio, sorprende que la Casa Real británica, en una decisión histórica, tendrá igualdad entre el hombre y la mujer a la hora de acceder al trono.
Este cambio de gran calado ha sido gracias a que los 16 países de la Mancomunidad Británica de Naciones, la Commonwealth, que cuentan con la reina Isabel II como jefa de Estado. Acaban de acordar hoy en Australia modificar sus respectivas leyes para que los hijos e hijas de los futuros reyes tengan igualdad de derechos a la hora de heredar el trono.
A partir de ahora, la sucesión estará determinada por el orden de nacimiento y se aplicará a los descendientes del príncipe Carlos, heredero al trono. Así, si los duques de Cambridge -Guillermo y Catalina- tienen una hija, esa hija será un día la Reina de Inglaterra.
El acuerdo supondrá modificar la llamada Ley de Instauración, de 1701, que establece que los varones tienen preferencia sobre las mujeres en la línea de sucesión y que la primogénita de un monarca no puede heredar si tiene un hermano más joven.