Eso ha asegurado este sujeto que se llama Calvin Gibbs y tiene 26 años. Gibbs, que era el líder del tristemente conocido como ‘Equipo de la Muerte’, una banda de soldados estadounidenses que mataron a varios civiles afganos elegidos al azar, como parte de un juego macabro. Aunque este tipo ha reconocido que se llevó los dedos de varios de ellos como “trofeos de guerra”, incluidos los de un joven de 14 años, ha negado que los matase y se ha declarado ‘no culpable’ de los 16 cargos de asesinato de los que ha sido acusado.
Sin embargo, las contradicciones de Gibbs empiezan a pesar en su contra. Antes había negado dichas amputaciones y el que hubiese cometido los crímenes, hasta que en marzo de este año salieron a la luz varias fotografías en las que se le veía con sus compinches posando con los cadáveres de varios civiles afganos; después uno de sus compañeros, Jeremy Morlock, reconoció que sí se habían llevado los dedos y, por último quedó probado que todo el grupo consumía drogas.
Las cosas empeoraron cuando Morlock confesó que fue Gibbs quien eligió a las tres víctimas al azar, reconoció que todos participaron en su ejecución y al que para que pareciesen muertes en combate, tiraron varias granadas contra un muro para poder asegurar que habían sido atacados.
Pese a todo, el abogado de este individuo ha declarado a la BBC que su cliente considera que los tres asesinatos fueron legítimos y que los otros cuatro acusados han conspirado contra él para acusarle de estos hechos.