Así se deduce de los datos difundidos por el Ministerio de Trabajo este jueves. En concreto, hasta 31 de octubre había 31.255 vigueses sin empleo, 1.008 más que en septiembre y 3.000 más que en el mismo mes de 2010, un crecimiento que duplica en porcentaje a las de las 6 restantes ciudades gallegas. La caída de la filiación a la Seguridad Social en la ciudad superó el mes pasado el 2% frente al 0,9% de media del resto del Estado, lo que significa que hay 2.953 personas menos dadas de alta y el número de desempleados es similar a la suma de los que hay en Pontevedra, Ourense, Lugo y Ferrol juntos, y supera en 11.000 personas a los registrados en A Coruña, que únicamente tiene 50.000 habitantes menos.
A esta circunstancia se suma que el 34% de los parados de la ciudad ha dejado de percibir prestación por desempleo, un porcentaje que será del 40% a principios de 2012, y que la comarca viguesa, en la que hay 61.000 personas buscando trabajo, es en la que más expedientes de regulación de empleo se han presentado en lo que va de año.
Por estos motivos y por otros, como que este año se hayan reducido las inversiones en empleo de la Xunta y del propio Concello, en este último caso con el recorte de un 20% en el presupuesto de la Concellería de Emprego o que desde junio no haya un solo servicio de de apoyo a emprendedores, de orientación laboral, de fomento de cooperativismo, de consolidación de pymes, de ayudas a través de microcréditos o de creación de nuevas empresas, han impulsado a los sindicatos CIG, UGT y CC.OO. ha convocar una manifestación para este domingo, día 5 (12:00 h.). En esta concentración, que saldrá de la Praza de España, las centrales exigirán solicitan a los gobiernos central y autonómico que se impliquen para cambiar la situación, ya que, de lo contrario, Vigo “se muere”, como ha enfatizado el responsable de la CIG, Serafín Otero, quien estima que unas 1.000 personas al mes pierden su trabajo en la comarca.
El secretario comarcal de UGT calificó de “lenta agonía” la situación por la que está pasando la ciudad y toda su zona de influencia, diagnóstico que compartió el representante de CC.OO. José Cameselle, quien señaló que “caen todas las empresas de la ciudad, lo que supone que también cae el futuro”, empezando por el cierre paulatino de la industria que “arrastra, a su vez, a los servicios”.