A lo mejor no estamos muy acertados cuando decimos eso de “¡esto no es Burundi!”, al menos a la vista de lo que ha hecho su presidente. Este mandatario, de nombre Pierre Nkurunziza, ha destituido a seis ministros que, en su opinión, no hicieron su trabajo como debían. Son el responsable de Seguridad Pública, Alain Guillaume Bunyoni; el de Asuntos Exteriores, Augustin Nsanze; la de Justicia, Ancilla Ntakaburimvo; el de Planificación y Desarrollo Comunitario, Pierre Mupira; el de Obras Públicas y Transporte, Saidi Kibeya, y la de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos, Immaculée Nahayo.
“Tal y como prometió al pueblo burundés y después de evaluar al Gobierno, el presidente de la República ha decidido sustituir a algunos ministros”, declaró su portavoz a los medios de comunicación. Cuando juró el cargo para su segundo mandato de cinco años, Nkurunziza afirmó que cada miembro del Gobierno tendría que presentar cada seis meses un informe sobre las tareas realizadas y que quienes no lo hiciesen serían despedidos. Dicho y hecho.