El presidente de la república, Giorgio Napolitano, le ha pedido que no se vaya de Roma y no asista a una conferencia en París en la que había confirmado su presencia el próximo fin de semana. El presidente ha llamado a Monti y le ha instado a que no se vaya de la capital, lo que se interpreta como el preludio del encargo de formar gobierno. Pare ello, Napolitano tiene que conseguir que Berlusconi dimita como primer ministro, algo a lo que ‘Il Cavalliere’ se resiste, pese a que el 75% de los ciudadanos censura su labor, ha perdido la mayoría en el Parlamento, no tiene ya el apoyo de su partido y ha sido instado por el propio presidente a dejar el cargo.
Monti, ex comisario europeo, que fue nombrado este miércoles senador vitalicio, se pondrá al frente de un ejecutivo de especialistas encargados de cumplir las exigencias de la UE en materia económica y de convocar elecciones anticipadas.
El momento es especialmente delicado para Italia, cuya prima de riesgo supera ya las que tenían en el momento de su rescate Irlanda, Portugal y Grecia, y que no ha puesto en marcha las medidas de ajuste que le demandan la Unión y el Fondo Monetario Internacional para hacer frente a una deuda que supera los 2 billones de euros.