Los hechos, que están siendo juzgados en la Audiencia de Pontevedra, se remontan a 2006 cuando, según el fiscal, el acusado abusó del joven “valiéndose de su superioridad”, cuando este pasaba delante de su casa. La acusación asegura que aunque pudieron ser consentidas, el acusado consiguió mantener relaciones con el menos usando el engaño.
Por su parte, el procesado niega todo tipo de contacto sexual con el menor y basa dicha afirmación en que, además de Parkinson, padece una disfunción eréctil grave desde hace 20 años, algo que ratifican informes médicos. Sin embargo, el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, sostiene que sí “hubo relaciones sexuales aunque sin penetración”, mientras que los padres del joven han testificado que, por aquellas fechas, su hijo se volvió violento y llegó a pegarles. Por este motivo, el Juzgado de Menores decidió su internamiento en un centro, donde contó que había sido violado.