Mansor Almaribe, que había viajado a Arabia Saudita para peregrinar a La Meca, ha sido condenado a un año de cárcel y a recibir 500 latigazos por un delito de blasfemia.
Al parecer, Mansor, en presencia de, al menos, un testigo, maldijo a dos compañeros, ‘sahaba’ de Mahoma, que son aquellas personas, alrededor de 120.000, que escucharon al profeta siendo musulmanes y muriendo como tales.
El Gobierno de Australia ya ha pedido clemencia a las autoridades saudíes mientras que uno de los cinco hijos del condenado ha declarado a la cadena de televisión ABC, que su padre padece graves problemas de salud, como diabetes e insuficiencia cardíaca, por lo cual tal castigo físico lo mataría.