Eso debió de pensar este individuo cuando fue detenido por la Guardia Urbana de Barcelona. Los agentes le dieron el alto cuando conducía de forma peligrosa y forzando las marchas del coche, por el centro de la capital. Tras realizarle la prueba de la alcoholemia comprobaron que cuadriplicaba la tasa de alcohol permitida.
Pero aún no se había acabado su suerte: al pedir sus datos, los policías fueron informados de que el sujeto acumulaba más de 12 años de retirada del permiso desde hace 10 años, ordenadas por los Juzgados de Tarragona y Barcelona y que tenía dos suspensiones en vigor, una por 4 años y otra por 20 meses.
Por supuesto, fue detenido y acusado de sendos delitos contra la seguridad vial, alcoholemia positiva y conducción con el permiso retirado.