Llegará a Panamá, a las 11 y media de la noche, para cumplir la última parte de la condena por homicidio y violación de los derechos humanos. Es el exdictador y ex agente de la CIA, Manuel Antonio Noriega, que vuela ya desde Francia a su país donde será recluido, como un preso más, en la cárcel El Renacer, cercana al Canal de Panamá. Noriega, de 77 años, que estuvo ya dos décadas encarcelado en los Estados Unidos y fue extraditado a Francia el año pasado, previsiblemente, ya no saldrá vivo de reclusión, puesto que se enfrenta a dos penas consecutivas de 20 años cada una tras ser condenado por asesinato y narcotráfico, además de crímenes contra la humanidad.
El Gobierno de Ricardo Martinelli ha recalcado que este asesino recibirá el mismo trato que el resto de los reos y que, desmintiendo las informaciones publicadas hace unos días, no dispondrá de una celda de lujo. Sí podría plantear ante la Justicia panameña, la posibilidad, dada su edad, de acogerse al beneficio de ‘casa por cárcel’, pero en medios judiciales se da por hecho que ello no pasará.
Al menos no será así si su estado de salud no empeora. Fue precisamente esta la razón esgrimida por su defensa para evitar que ‘cara de piña’ ingresase en una celda como la de los demás presos, beneficio del que no ha disfrutado en los Estados Unidos, ni en Francia, pese a haber sufrido un derrame cerebral que le ha paralizado una parte del cuerpo.
