Y dejan de hacerse para ahorrarse nada más y nada menos que hasta 50 millones de dólares anuales. El propio presidente de Estados Unidos (EEUU), Barack Obama, lo ha anunciado en las últimas horas alegando que esta supresión de fabricación de monedas de 1 dólar forma parte de los esfuerzos para reducir el despilfarro.
Adiós pues a una moneda emblemática en EEUU y que, al parecer, los expertos aseguran que no solía utilizarse mucho. Los estadounidenses prefieren los billetes de 1 dólar frente a las monedas, suponemos que por aquello del incordio de la calderilla.
Tanto es así que más del 40% de las monedas de 1 dólar son devueltas a la Casa de la Moneda, provocando un exceso de 1,4 millones de dólares.