Creen que Baltasar Garzón se ha convertido en la última víctima de la dictadura franquista 37 años después de su desaparición. Es la sensación más compartida entre los miles de ciudadanos que se echaron hoy a la calle en Madrid para apoyar al juez de la Audiencia Nacional, inmerso en hasta 3 causas.
Aunque la marcha fue convocada por la plataforma Solidarios con Garzón, por el juicio recién comenzado por investigar los crímenes franquistas durante la Guerra Civil y durante el régimen dictatorial de Franco, pronto se convirtió en una defensa a ultranza de uno de los jueces más mediáticos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Junto a esos ciudadanos de a pie que mostraron su solidaridad a Garzón esta mañana en Madrid, actores como Pilar Bardem o Lola Herrera, políticos como Cayo Lara (IU) o Pedro Zerolo (PSOE) o sindicalistas como Ignacio Fernández Toxo (CCOO) o Cándido Méndez (UGT).
La protesta se desarrolló al mismo tiempo que el magistrado de la Audiencia Nacional acaba de mostrar su rechazo público a las últimas acusaciones que le han llegado desde el Tribunal Supremo (TS) sobre su persona. Garzón niega que incurriera en un presunto delito de cohecho impropio, durante unos cursos patrocinados por el Banco Santander en la Universidad de Nueva York hace ahora 6 años.
“No he solicitado, administrado, ni recibido, personalmente o por tercero, ni directa o indirectamente, cantidad alguna en metálico o en especie, de ninguna de las entidades o corporaciones patrocinadoras de los seminarios y cursos de los que fui director académico”, indicó el juez a través de comunicado de prensa.
Juicios varios
Ya está visto para sentencia el primero de los 3 juicios que esperan a Garzón, el de las escuchas ordenadas por él mismo dentro de la trama Gürtel. Garzón se enfrenta a una inhabilitación de 17 años y el propio juez defendió “todas y cada una de las decisiones adoptadas”.
También acaba de iniciarse otra vista por su investigación en los crímenes del franquismo. Le acusan de apropiarse indebidamente de dichas pesquisas y piden una inhabilitación de 20 años.
