Diego Torres, socio de Íñaki Urdangarín cuando éste presidió el Instituto Nóos, tiene tanto, tanto miedo a que los ciudadanos le tiren tomates el día que declare ante el juez que ha pedido protección ya.
El imputado, en la causa que investiga los presuntos negocios sucios tanto de él como del yerno del Rey, prestará declaración en los juzgados de Palma el próximo 11 de febrero y no quiere riesgos.
Su abogado, que ha pedido dichas medidas de protección al juez que instruye el proceso, está convencido de que los ciudadanos irán cargados de tomates e, incluso, huevos.
Y como siempre, se culpa a los medios de comunicación de estar orquestando una especie de circo mediático tanto con la presencia de Torres y, unas semanas más tarde, del Duque de Palma. Aunque no responsabiliza expresamente a los informadores, afirma que “desde hace unos días viene propagándose a través de distintos medios de comunicación el anuncio de un espectáculo circense a ejecutar por amables ciudadanos”.