Quienes pensaban que el ex presidente cubano estaba con un pie en el otro mundo, tendrán que seguir esperando. El comandante, de 85 años, que llevaba sin aparecer en público desde abril, con ocasión del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, presentó su libro de memorias, ‘Guerrillero del tiempo’, un prolijo repaso a su vida, contenido en 1.000 páginas de conversaciones con la periodista Katiuska Blanco, que abarca desde que era un niño hasta 1958, poco antes de que se hiciese con el poder. Castro estuvo debatiendo durante 6 horas seguidas con destacadas personalidades, entre ellas el ministro de Cultura, Abel Prieto, en un acto que se desarrolló en La Habana.
“Tengo que aprovechar ahora, porque la memoria se gasta”, empezó el comandante, vestido con una chaqueta de chándal y camisa a cuadros, para luego embarcarse en varios temas, como su oposición a la enseñanza de pago, pese a que él asistió a un colegio privado o las amenazas que, a su juicio, se ciernen sobre Siria e Irán.
Castro, que presentaba un buen aspecto, aunque pálido y excesivamente delgado, ha participado en distintos actos desde que cedió la Presidencia del país y la primera secretaría del Partido comunista, a su hermano Raúl, en 2006. Aunque cuando más se le ha visto ha sido recibiendo a mandatarios extranjeros, como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el ex presidente de Brasil, Lula Da Silva o, hace menos de un mes al líder iraní, Mahmud Ahmadineyad.
A estas actividades, Fidel une otras como la publicación regular de artículos en varios periódicos, entre ellos el digital cubadebate, o la aparición, esporádica, en programas de la televisión cubana, intervenciones que ha ido espaciando cada vez más. Eso sí, su imagen no ha dejado de ser omnipresente en toda la isla, aunque en ella se le retrata mucho más joven y con su famoso uniforme verde oliva, con el que no se le ha vuelto a ver en los últimos años.