Menos mal que Mariano Rajoy, registrador de profesión, tiene trabajo como presidente del Gobierno, sino puede que las pasase canutas. Al menos así podría ser según ha asegurado el director general de los Registros y del Notariado quien ha indicado este miércoles que de las 1.100 oficinas de registro y 3.000 notarías que hay en España, alrededor de la mitad “tienen dificultades para llegar a fin de mes” y decenas son deficitarias, por lo que es el momento de reordenar las demarcaciones existentes, que se fijaron en los años del ‘boom’ inmobiliario.
Joaquín Rodríguez ha indicado que, “en plena crisis del ladrillo”, es necesario reordenar estas oficinas y “hacerlas más eficientes“, proceso que “se ha empezado a estudiar“. Una de las vías podría ser la agrupación de oficinas, suprimiendo parte de ellas. Otra posibilidad que ha apuntado, es que “pasen a manos de registradores y notarios” algunas de las atribuciones de los jueces, e introducir “más flexibilidad” en los registros. “La voluntad política es de quitar trabajo a los tribunales”, ha recalcado, aunque ha aclarado que es algo que “está por concretar” y que “son los colegios de registradores y notarios los que tienen que hacer una propuesta”.
