Lo de armados “hasta los dientes” no es cosa nuestra, sino del viceprimer ministro ruso, Dimitri Rogozin, que, sin tapujos, es lo que ha declarado en las últimas horas.
Este representante del Gobierno de Rusia aseguró que el ejército de su país tiene que estar armado de tal forma que “inspire temor a los enemigos“ y, en ese súper arsenal, están incluídas, por supuesto, todas aquellas armas nucleares que garanticen la seguridad nacional, por encima de todo.
Rechazando de lleno cómo Rusia obtenía sus armas durante su etapa soviética, Rogozin apostó por una mayor racionalización de la industria y por una producción de armamento, con una premisa fundamental, que las guerras modernas ahora son más breves que antes y “de una naturaleza impredecible“, argumentó.
En tiempos de la antigua Unión Soviética, el país se provisionó con gran cantidad de armas que consumió mucho dinero y que, a día de hoy, ya no sirven, pero que todavía singuen almacenadas.