Esa fue la respuesta inmediata del presidente del Gobierno a las manifestaciones que han tenido lugar este domingo en 56 ciudades españolas para protestar contra la Reforma Laboral aprobada por su gobierno. Durante la clausura del 17 Congreso del Partido Popular, en el que ha resultado reelegido presidente del partido con el 97% de los votos, Rajoy, quien adelantó que citará esta semana a los agentes sociales, no dejó de advertir a los sindicatos de que “los españoles no van a entorpecer la tarea de un Gobierno en el que han puesto su esperanza” y añadió, “España entera arrimará el hombro y dejará atrás a los que pongan obstáculos en el camino”.
Acto seguido, ya hablando más para sus compañeros de partido subrayó, “se que algunos intentan desarbolar esta voluntad mayoritaria de recuperación”, y admitió que “a algunos no les gusta lo que está haciendo el Gobierno, quizá porque les gustaba más lo que había antes”, y se mostró seguro de que “este un Gobierno está cumpliendo con su deber”.
Antes de avisar, así a los sindicatos, a los que no citó en ningún momento, el presidente dejó claro que “la crisis “no ha tocado fondo” y que sigue la “destrucción de empleo”, por lo cual se impuso como principal tarea “frenar la caída”, algo que reconoció “cuesta mucho más trabajo que reiniciar el ascenso” y que eso es lo que pretende, “frenar el deterioro para que las cosas dejen de ir a peor”.