Eso ha dicho Ignacio Cosidó, quien ha recalcado que “es un dato objetivo” porque entre los manifestantes, muchos de ellos estudiantes, había “elementos radicales” y porque “hubo agresiones graves a la Policía“. El director general recordó que “la policía tiene la obligación de aguantar todo el tiempo los insultos pero cuando hay lanzamientos de objetos o un peligro para la seguridad pública debe intervenir. Hubo un punto en que resultó absolutamente imprescindible”.
En una entrevista a la Cadena Cope, Cosidó ha subrayado que “tras tres días de manifestaciones ilegales” en las que “las fuerzas de seguridad no habían actuado por prudencia”, el día de los altercados había “datos objetivos” que demostraban que entre los manifestantes “había elementos violentos y que la intervención era necesaria”.
“Buena prueba de ello”, continuó el máximo responsable de la Policía, “es que de los veintitantos detenidos solo uno es un estudiante de este instituto y que había habido agresiones graves a la policía”, aunque, eso sí, ha indicado, no obstante, que la investigación abierta por la delegada del Gobierno en Valencia, Paula Sánchez de León, determinara “si ha habido alguna conducta individual impropia”.
Para Ignacio Cosidó, “la intervención policial fue, tanto individualmente como en general, correcta”, porque “cuando se producen incidentes como los de Valencia, la Policía debe actuar con la firmeza necesaria para que los incidentes no vayan a más” y ha añadido que “no haber intervenido hubiera terminado causando males mayores a la convivencia y la seguridad”.
El director general ha enmendado la plana al jefe superior de la Policía de Valencia, Antonio Moreno, de quien dijo que “no estuvo en absoluto afortunado” cuando se refirió a los manifestantes como “el enemigo“: “la Policía Nacional no tiene enemigos”, enfatizó Cosidó.
