Una semanario francés, Le Canard enchainé, asegura que Ikea, en su filial francesa, habría espiado presuntamente tanto a empleados como a clientes a través de un fichero policial suministrado, a su vez, por una agencia de seguridad privada.
Dicha publicación argumenta que la multinacional sueca llevó a cabo dicho espionaje desde 2003 y, nada más enterarse de esta información, Ikea ya ha abierto una investigación abierta para tratar de esclarecer si es o no verdad.
Por tan sólo 80€, la filial francesa de Ikea habría tenido acceso presuntamente a todo tipo de información sobre sus empleados -si estaban o no fichados por la policía- y sobre los clientes cuando presentaban las correspondientes reclamaciones.