Son datos facilitados hoy desde Cáritas y que reflejan las garras de la crisis ecónomica que padecemos. Si hasta hace unos años, a los servicios de la ONG se acercaban jóvenes sin cualificación, ahora la tendencia se ha modificado completamente y, cada vez son más, los que teniendo estudios piden ayuda.
El perfil de pobreza está cambiando a pasos agigantados y empiezan a ser habituales en los servicios de Cáritas parejas de jóvenes que hasta hace nada tenían buenos trabajos y ahora están en el paro. También hay más autónomos y empresarios que, por ejemplo, acuden a los comedores sociales para poder seguir manteniendo a trabajadores a su cuenta.
Desde Cáritas piden ayuda al Estado, sobre todo, después de llevar tiempo sustituyendo diferentes servicios sociales de su competencia. El 65% de las personas que acuden dichos servicios de atención primaria lo hacen después de ser remitido por los distintos servicios municipales.
Ante la falta de dinero, Cáritas pondrá en marcha distintas campañas como es el caso de una tarjeta de débito mediante la cual, por cada compra, los usuarios puedan destinar un dontaivo del 0,7% a la entidad.