La crisis económica tiene que ver mucho con que se vendan y se publiquen menos libros infantiles y juveniles, pero, suponemos que en esto también tiene mucho que ver una cuestión de hábitos de lectura.
Durante 2011, se vendieron un 6% menos de libros dedicados a niños y chavales, aunque cabe destacar que el descenso fue menor que en 2010, cuando la caída fue próxima al 9%.
El sector del libro juvenil está también en crisis y así lo confirman hechos como la continuidad a la baja de la producción editorial y, sobre todo, en el número de ejemplares publicados.
En España hace tan sólo dos años, el número de libros infantiles y juveniles editados descendió un 2,1% respecto a 2009 y parece que durante el ejercicio anterior las cosas no van mejor.
Lo que más leen nuestros pequeños y jóvenes son novelas realistas, aunque la fantasía sigue ganando adeptos.