Que sepamos, aún no ha llegado a España, pero la orinoterapia empieza a ser una de las propuestas que hacen los spas a sus clientes en otros lugares del mundo. Existen dos opciones, una para beber, en este caso la orina, por aquello de la confianza, debe de ser de la misma persona, y otra para untar, en este caso no importa que el pis sea ajeno. Según quienes se han sometido a estos tratamientos, los mismos eliminan las bacterias en nuestro cuerpo y dejan la piel más tersa, lo que significa que iba a tener razón el personaje de Paco Rabal en Los santos Inocentes, que decía “me orino en las manos para que no se me agrieten”.
Aunque puede sonar algo asqueroso, los primeros tratamientos se han realizado con orina de mujeres que, únicamente, beben agua mineral y quienes los han seguido no dudan en asegurar que los resultados son mejor de los esperados y…en fin, no hay nada que no se quite con una buena ducha.
Para quienes sean algo escrupulos@s, la alternativa es la propia orina, de casa, con productos controlados, familiar y siempre menos repugnante, eso sí, antes de bebérsela o aplicársela en el cuerpo hay que dejarla fermentar cinco días.