El resumen podría ser que la mitad de los niños españoles están gordos porque llevan una vida sedentaria, comen mal, y no despegan el culo de delante de la tele. No lo dice así la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), pero sí que alerta de este auténtico problema de salud. Para hacer tales afirmaciones se basa en los estudios enKid y ALADINO, de los que se deduce que el 44,5% de los menores tiene exceso de peso.
La obesidad es más frecuente en la población infantil masculina que en la femenina, incrementándose su prevalencia “en los niños que no desayunan, que comen en casa y que llevan una vida sedentaria“, afirman. Según sus datos, el 26,7% de los niños tiene sobrepeso, frente al 25,7 % de las niñas. SEEDO sostiene que existen otros factores que intervienen en esta “enfermedad”, como son “las horas de sueño y el nivel educativo y socioeconómico de los padres” y hacen referencia a un hecho que ya sospechábamos pero que se ha confirmado con estos estudios: una de las razones de que los niños no tengan la forma física adecuada es el exceso de horas que se pasan viendo la tele.
Estos resultados son aún más preocupantes si se atiende el dato del estudio IDEFICS de que España se sitúa a la cabeza de Europa en obesidad infantil, sólo superada por Italia y Chipre, lo cual ha supuesto que la obesidad en menores ha pasado de ser una leve incidencia a convertirse en “un verdadero problema de salud pública”.