Anders Breivik, el autor confeso de los atentados del 22 de julio de 2011 en Oslo y la isla de Utoya en los que murieron 77 personas, planeaba matar a Barack Obama, durante su visita a la capital noruega para aceptar el premio Nobel de la Paz con el que fue galardonado en 2009.
Según el diario ‘Dagbladet‘, durante un interrogatorio Breivik ha confesado que pretendía atentar contra el presidente de los Estados Unidos porque estaba en contra de que le concedieran el Nobel de la Paz, un premio que, ha denunciado, se suele entregar a personas de izquierda.
Para llevar a cabo el atentado, Breivik planeaba disfrazarse de policía y hacer estallar un coche bomba durante la visita de Obama a Oslo. Al final decidió no llevar su plan adelante tras analizarlo y considerarlo imposible.