No sorprenden mucho sus palabras después de conocer su trayectoria. Y es que Anders Behring Breivik, el asesino confeso de las matanzas cometidas el verano pasado en Oslo y Utoya, no desaprovechó su declaración ante el tribunal que le juzga para defender lo que hizo. “Cometí el ataque más epsectacular y sofisticado desde la II Guerra Mundial”, aseguró el tipo, acusado de matar a 77 personas durantes sus terribles atentados.
El ultraderechista -que volvió a hacer sus saludos fascistas en la sala- sigue defendiendo que mató a sus víctimas en “legítima defensa” contra el “multiculturalismo” y, por eso, no se le han caído los anillos en afirmar que si pudiera, volvería a hacerlo. En el caso de la masacre en la isla de Utoya, Breivik defendió que ninguno de los muertos eran inocentes “sino activistas políticos que trabajaban por el multiculturismo”.
El último informe psiquiátrico al que fue sometido este sujeto confirmó que estaba totalmente cuerdo cuando perpetró la matanza, tras lo que el tipo se declaró muy satisfecho.