El último responsable de la acumulación de más de 15 toneladas de residuos de hasta 26 especies animales en una nave de la parroquia de Setados, en As Neves, parece ser una empresa de Monforte de Lemos, ‘Pieles Jacinto’, que usaba las instalaciones como punto de transferencia de estos desperdicios antes de trasladarlos, para su incineración, a Salamanca, ‘Fernando Curras e hijos’.
Según fuentes de la Guardia Civil consultadas por esta redacción, se ha abierto el correspondiente expediente administrativo a la misma y a varias clínicas veterinarias, de las que no se nos han facilitado los nombres. En el primer caso la infracción sería el tratamiento de estos restos sin cumplir con las medidas legales de protección sanitaria y, en los restantes, la emisión de certificados sanitarios falsos. Eso sí, la Guardia Civil ha querido dejar claro que, en contra de lo publicado en varios medios días atrás, todos los desechos habían sido documentados, con anterioridad, ante la Consellería de Medio Rural y los responsables del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA).
Lo que no estaba documentado, porque no está permitido, ni por las normas sanitarias, ni por la propia actividad de la planta en la que aparecieron los restos, es que los mismos estuviesen almacenados en el mencionado lugar, algo que, sin embargo, a juicio de los investigadores, sí era conocido por varias de las clínicas que trababan con esta firma, especializada en recoger cadáveres de animales procedentes de esos centros, encontrados muertos en las carreteras, montes o recogidos a particulares.
La Guardia Civil ha documentado que los restos permanecían almacenados en ‘piscinas’ de grandes dimensiones entre 3 y 11 días, dentro de la nave de Setados que únicamente tiene licencia para el tratamiento y curtido de pieles. Precisamente, ese tiempo era el que tardaba en hacerse el traslado de los desperdicios a la planta de Salamanca, tiempo que, según las fuentes de la Benemérita, permitía reducir costes, lo que hacía que los servicios que prestaba la mencionada empresa fuesen más baratos, de ahí que tuviese como clientes a varias clínicas veterinarias que, según han desvelado la mencionada fuente a vigoalminuto, conociesen “de sobra” la existencia de esta nave y lo que se guardaba en ella.
Todo ello, ha llevado al SEPRONA a la apertura de varios expedientes administrativos y el traslado de las investigaciones a los servicios jurídicos por si los hechos fuesen constitutivos de delito. “Esto es así porque la ley especifica que los restos de animales, da igual si son salvajes o domésticos, tienen que ser incinerados, no enterrados”, “algo que suele hacerse en una planta de As Somozas”, que es lo que se descubrió hace dos meses en varios lugares cercanos a Vincios, en Gondomar, y que supuso la apertura de varias investigaciones y expedientes a clínicas veterinarias de la provincia.
Según ha indicado el alcalde de As Neves a esta redacción, la actuación del SEPRONA, que pudo ser debida a la denuncia de particulares, “ha sido inmediata”, puesto que los restos no debían de llevar en Setados ni quince días, y que “este mismo lunes, después de desinfectar y limpiar perfectamente las instalaciones y desprecintarlas, técnicos de Calidade Medioambiental han hecho una revisión y dado el visto bueno” al estado de las mismas. Raúl Emilio Castro indicó que el inmueble pertenecía a una empresa local, Comercial Galfer, dedicada a trabajar el cuero, que la misma fue embargada y que en la misma se instalará “próximamente” otra firma dedicada a la misma actividad, Cueros del Atlántico.