Así lo ha denunciado el Consejo Nacional Sirio y ha sido confirmado por varios testigos presenciales y, por al menos, un integrante de la Liga Árabe. Las fuerzas del dictador Assad han bombardeado, primero, durante 12 horas consecutivas la ciudad de Hula, en la provincia de Homs y han pasado a cuchillo, después, a familias enteras hasta causar la muerte de, al menos 90 personas, entre ellas 50 niños.
Tras los bombardeos shabira, los temidos matones, y mercenarios del régimen han degollado a decenas de civiles hasta el punto de que entre las víctimas se han encontrado niños de menos de 10 años con las manos atadas, “han sido asesinados en un acto de barbarie que recuerda a la Edad Media”, ha denunciado el Consejo Nacional Sirio.
Este ataque no solo supone una nueva violación de un alto el fuego, acordado con la ONU y la Liga Árabe, que el dictador nunca ha cumplido, sino un claro acto de genocidio y de crímenes contra la Humanidad que ya ha sido condenado por el nuevo gobierno de Francia, “frente a este horror, la comunidad internacional debe movilizarse para detener nuevos martirios entre el pueblo sirio”, ha declarado el ministro de exteriores galo, Laurent Fabius.