Las autoridades japonesas han garantizado que no ya no hay riesgo en la central de Fukushima. El ministro encargado de la crisis nuclear, Goshi Hosno ha asegurado que, pese al escepticismo del país de que la planta pudiese venirse abajo en caso de un nuevo terremoto, no cree que eso pueda ocurrir y que la situación “no es inestable”.
Desde el mes pasado se están realizando obras de construcción de una nueva estructura que cubra por completo la de la central con el fin de evitar que el polvo radiactivo pueda llegar al aire cuando se trasladen las barras de combustible.
Pese a todas estas medidas y la acción del gobierno nipón durante meses, el propio Hosono, declaró el mes pasado que los residentes no podrán volver a sus casas en más de 10 años, como les explicó en una reunión en la que les explicó que ello se debe al alto nivel de radiación y a la llegada de la misma a la cadena alimenticia.