Un empate es un empate, y más jugando sin delanteros. A los jugadores les ha costado adaptarse al nuevo planteamiento de Del Bosque, que optó por Cesc como falso 9 y, durante la primera parte no han parecido el mismo equipo que defiende el título conseguido en 2008. Eso ha dado aire a Italia y ha dejado a los españoles acordándose de Villa, puesto que hemos jugado sin un delantero centro claro, lo cual nos ha privado de las ocasiones de las que sí han disfrutado los italianos.
El equipo reaccionó en la segunda parte, con más control del balón, enlazando más jugadas, con un Iniesta inmenso, acompañado de Xavi que hicieron creer en la victoria española pero, cuando más cómodos estábamos’, llegó el primer tanto de los italianos. Di Natale, que acababa de sustituir a un Balotelli poco acertado en el partido, aprovechó una magistral asistencia de Pirlo para poner el 0-1 en el marcador.
Sin embargo, España, lejos de asustarse, reaccionó al mazazo como mejor podía hacerlo. Silva sacó un impresionante pase para que Cesc batiera a Buffon y pusiera las tablas en el Arena Gdansk. Tras el gol del empate, la selección buscó sin parar un gol que finalmente no pudo llegar.