Aunque todo apunta a que fue un despiste, el caso es que no pasó desapercibido porque el que parecía que se estaba ‘haciendo el sueco‘ no fue otro que el presidente de EEUU, Barack Obama.
Adelantando la celebración del Día del Padre, Obama, acompañado de dos soldados y dos peluqueros pertenecientes a un programa estatal a favor de la paternidad, acudió a un restaurante del barrio de Capitol Hill.
El presidente estadounidense degustó costillas con salsa picante, frijoles, arroces y pan de maíz. El saldo total de la consumición ascendió a 55,58 dólares, una cifra que ignoró por completo Obama que, entretenido con la interesante conversación que acompañaba la velada, olvidó pagar.
No obstante, cuando acompañado de sus asesores llegó a la Casa Blanca se dio cuenta y enmendó su error, enviando a uno de ellos a saldar el ‘pufo’.