El gobierno local decidirá próximamente qué hará con el Museo Verbum, pero parece que está claro que no seguirá abierto, al menos como hasta ahora. La Casa das Palabras es una ruina. Los apenas 100 visitantes diarios que ha tenido desde su inauguración, en abril de 2003, no dan para pagar ni un 1% de su mantenimiento anual que supera los 300.000 €, más aún teniendo en cuenta que de todas ellas una tercera parte son actos externos y otro tercio visitas de colegios. A ello se suma que, en estos más de 9 años de vida ningún concelleiro de Cultura ha sabido dotar al museo de una programación regular o de un proyecto expositivo, ni siquiera el ‘comité de sabios’, del que formaban el Nobel Saramago o Rosa Regas o un estudio de la Universidade de Vigo sobre cómo aprovechar su espacio cultural han aportado solución alguna.
Y no es que este inmueble, diseñado por César Portela, que costó 12 millones de euros (aportados por la Unión Europea), sea, precisamente, pequeño, pero los 13.000 m2 de la finca en la que se ubica y los 5000 m2 distribuidos en cuatro plantas: semisótano, planta baja, planta superior y cubierta, nunca ha atraído a los vigueses y el Verbum sólo levantó cabeza los meses siguientes a la inauguración de un jazz-café, en el bajo del mismo. Quizá por ello, la última actividad programada, de la que se hace eco la web del museo, es la IX Ciclo de Conciertos de Verano 2011, celebrado del 2 al 31 de julio de 2011, y su último acto la X Mostra de Oralidade Galego-Portuguesa, el 25 de mayo pasado.
Los responsables de Cultura se han convencido de que la Casa das Palabras, jamás llegó a cumplir la finalidad para la que se creó: ser un centro para la comunicación humana; además, no hay fondos expositivos, presupuesto para actividades, carece de visitas, está desaprovechado…y es caro, por eso, después del verano, se planteará su cierre.